"Hay hombres que luchan un dia y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles". Bertolt Brecht

martes, 10 de julio de 2007

Poemas en Libertad


El abogado Marc Falkoff recopiló las poesías de los presos de la polémica cárcel estadounidense. El Pentágono las considera peligrosas y controla el acceso a la escritura. Pero el libro saldrá en agosto.


Fuente: Clarin


Años de agonía, sin esperanzas, lejos de sus tierras, de sus familias, y por supuesto de su libertad, viviendo por no morir y sufriendo de manera inimaginable e indescriptible. Lo único que calma un poco su dolor es escribir, mientras pasan sus días en Guantánamo, la prisión que Estados Unidos tiene en Cuba. Allí están recluidas 385 personas, de más de 30 nacionalidades, sospechados de terrorismo, sin una acusación formal y sin esperanza de obtener un juicio justo.

Marc Falkoff es un abogado que defiende, desde 2004, a 17 yemeníes recluidos en Guantánamo. Al año de trabajar con ellos, Falkoff empezó a recibir poemas, junto a las cartas que le mandaban sus clientes. "Los escritos me interesaron porque luego de estudiar abogacía hice un doctorado en literatura. Pero por curiosidad, fui preguntándole a otros abogados si ellos también habían recibido poemas y me encontré que había decenas de poetas en Guantánamo", cuenta Falkoff en diálogo con Clarín.com, y agrega que el año pasado decidió publicar un libro que reúne una gran cantidad. "Quiero que la gente tenga la posibilidad de entender que los autores de estos versos son seres humanos que se encuentran encarcelados sin una acusación formal, hace ya más de cinco años", afirma.

Pero teniendo en cuenta que los Estados Unidos considera a los presos de Guantánamo "de alta peligrosidad", al enterarse de que sus escritos iban a ser de conocimiento público, el Pentágono prohibió que los reclusos tengan acceso a la escritura. Los bordes de un vaso, la bandeja donde les sirven la comida, el boca en boca y los pocos elementos que tienen a su alcance se convirtieron en las nuevas herramientas que los presos utilizaron para verter sus prosas.

"Cualquier carta que ellos me envían es considerada una amenaza a la seguridad nacional por los servicios militares. Por eso la correspondencia es controlada por un departamento del Pentágono que luego de traducir del árabe al inglés evalúa si su contenido no reviste peligrosidad. Su mayor temor es que contengan mensajes en código", explica Falkoff. Y agrega: "Uno de los poetas que ha quedado en libertad había escrito más de 20 mil líneas dentro de la cárcel, pero todo fue confiscado por el Pentágono. Aunque muchos poemas hayan quedado en manos de ese equipo, algunos presos que ya han dejado Guantánamo han sido capaces de reproducírmelos de memoria".

Tras las luchas de Amnistía Internacional para que la Base de Guantánamo sea clausurada y que los presos cuenten con un juicio justo, y las innumerables denuncias por supuestos maltratos, el pasado 30 de junio, en un sorpresivo giro, la Corte Suprema de Estados Unidos decidió darle curso a las apelaciones de varios prisioneros para que sus casos sean escuchados ante una Corte Federal y no juzgados por un tribunal militar.

"América, te subís a las espaldas de los huérfanos, y los aterrorizas diariamente. Bush, cuídate, el mundo reconoce a un mentiroso arrogante", escribe Sami al Hajj en un poema dedicado a su hijo.

En su labor como vocero de los "enjaulados", Falkoff resalta la importancia del material que ha sabido recolectar: "Nos permiten escuchar, por primera vez, las voces de los detenidos. Para el gobierno de Bush, los presos de Guantánamo representan 'lo peor de lo peor' y es por eso que no se les provee de evidencias concretas para probar que son culpables de algo concreto. Ninguno de los poetas, ni de los otros presos a los que represento, han tenido cargos, pero han sido maltratados por nuestros militares. Afortunadamente, los poemas serán el primer paso para hacer público a estos seres humanos que han sido tirados dentro una jaula, pero viven, respiran, piensan, escriben y crean".

"¿Pero es verdad que un día dejaremos Guantánamo?, ¿Es verdad que un día volveremos a nuestros hogares? Navego en mis sueños, y sueño con mi casa estar con mis hijos, cada uno es una parte mía; estar con mi esposa, y mis seres queridos; estar con mis padres, los corazones más tiernos de mi mundo", reflexiona Osama Abu Kadir y luego se cuestiona si aún existe "justicia y compasión en este mundo".

Embanderado en su causa de liberar a los yemeníes y homenajearlos con su libro, Falkoff no deja de opinar sobre Guantánamo: "Es una aberración y una deshonra. Es una mancha de sangre en el honor de nuestro país. Yo estoy muy orgulloso de tener la oportunidad de trabajar con mis clientes, todos musulmanes. Se han convertido en mis amigos, y siempre que los veo dentro de Guantánamo les digo que mi esperanza es que la próxima visita sea en sus hogares de Yemen, y que me sirvan una taza de café, como a un buen invitado". Y finaliza, como queriendo echar un poco de luz entre tanta oscuridad: "Hace dos semanas, mi primer cliente fue liberado y pronto podrá volver a su casa de Yemen. No tengo dudas de que éste es el camino que seguirán todos mis hombres, pero la larga espera es un proceso muy difícil para todos".

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