"Hay hombres que luchan un dia y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles". Bertolt Brecht

viernes, 12 de enero de 2007

INTERNET, POLITICA Y CIUDADANIA

Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, o no es honrado”. (José Martí, Poeta cubano, 1853-1895).


¿Cómo hacer que gobierno electrónico y democracia electrónica confluyan en forma integral?
El desembarco de Internet en la política ya se ha producido. Los diferentes gobiernos están impulsando cambios no sólo en términos de gestión interna, sino también en la forma de relacionarse con la ciudadanía. Se están modernizando las estructuras políticas poniendo, vía digital, la información del Estado a disposición de la gente, abriendo canales de participación (Gobierno Electrónico).
Asimismo, los ciudadanos están utilizando en forma creciente las nuevas tecnologías como método de movilización de voluntades, instalando temas en la agenda de los diferentes gobiernos, aumentando de esta manera su capacidad operativa (Democracia Electrónica).
No debemos olvidar que a nivel mundial y en América latina el porcentaje de usuarios de Internet, a pesar de su constante crecimiento, continúa siendo reducido. Ante esto, vemos como las ventajas del Gobierno Electrónico y de la Democracia Electrónica toman un marco muy limitado de impacto, del que realmente podrían tener. ¿Como rompemos este cerco socioeconómico de exclusión digital y darle sentido social y político a la revolución tecnológica que se está produciendo? Una alternativa de respuesta se percibe en los llamados “telecentros comunitarios” que se están creando y reproduciendo a lo largo y ancho de Latinoamérica. Se trata de espacios comunitarios donde las personas que no tengan conectividad propia, pueden acceder de manera gratuita a las tecnologías de información, recibiendo además un entrenamiento básico para su uso. Nuestra Sociedad Civil (que viene participando activamente en nuestra recuperación) debe también dar muestras de solidaridad en este campo: las empresas, las ONGs, las universidades, deben ser la puerta de entrada para las grandes mayorías que no pueden hacerlo por la vía del mercado. Allí, los ciudadanos podrán acceder en forma gratuita a los diferentes servicios del Gobierno Electrónico y podrán expresar sus ideas y reclamos en distintas materias. Y lo más importante: podrán conectarse con otros ciudadanos de lugares distantes con los diversos beneficios que ello acarrea. El Estado viene promocionado y tratando como política de estado este tema. Ahora bien, la igualdad en el acceso es una condición necesaria, pero no suficiente. El otro puente que falta es el que se refiere a que los ciudadanos, además de ser consumidores de información y de servicios, sean productores de información. Con esto, además de democratizar el acceso, se democratizará la producción de contenidos. Las herramientas para generar contenidos es cada vez más sencilla y accesible. Hoy ya se ve una gama floreciente de blogs o bitácoras digitales donde cualquier persona o grupo puede presentar sus ideas al mundo.
No debemos olvidar que a nivel mundial y en América latina el porcentaje de usuarios de Internet, a pesar de su constante crecimiento, continúa siendo reducido. Ante esto, vemos como las ventajas del Gobierno Electrónico y de la Democracia Electrónica toman un marco muy limitado de impacto, del que realmente podrían tener.
¿Como rompemos este cerco socioeconómico de exclusión digital y darle sentido social y político a la revolución tecnológica que se está produciendo?
Una alternativa de respuesta se percibe en los llamados “telecentros comunitarios” que se están creando y reproduciendo a lo largo y ancho de Latinoamérica. Se trata de espacios comunitarios donde las personas que no tengan conectividad propia, pueden acceder de manera gratuita a las tecnologías de información, recibiendo además un entrenamiento básico para su uso. Nuestra Sociedad Civil (que viene participando activamente en nuestra recuperación) debe también dar muestras de solidaridad en este campo: las empresas, las ONGs, las universidades, deben ser la puerta de entrada para las grandes mayorías que no pueden hacerlo por la vía del mercado. Allí, los ciudadanos podrán acceder en forma gratuita a los diferentes servicios del Gobierno Electrónico y podrán expresar sus ideas y reclamos en distintas materias. Y lo más importante: podrán conectarse con otros ciudadanos de lugares distantes con los diversos beneficios que ello acarrea. El Estado viene promocionado y tratando como política de estado este tema.
Ahora bien, la igualdad en el acceso es una condición necesaria, pero no suficiente. El otro puente que falta es el que se refiere a que los ciudadanos, además de ser consumidores de información y de servicios, sean productores de información. Con esto, además de democratizar el acceso, se democratizará la producción de contenidos. Las herramientas para generar contenidos es cada vez más sencilla y accesible. Hoy ya se ve una gama floreciente de blogs o bitácoras digitales donde cualquier persona o grupo puede presentar sus ideas al mundo.
Estos puentes que unirán gobierno electrónico y democracia electrónica están en construcción y de ello depende que Internet pueda tener impactos sustantivos en el fortalecimiento de la democracia. Éste es otro desafío.

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